domingo, 21 de septiembre de 2025

La paz, de otra manera

                                             



Revista "Educando de otra manera" nº 2 del IPEP JAÉN         junio 2025

LA PAZ, DE OTRA MANERA

Dentro del proyecto “Escuela, espacio de paz” observamos las necesidades que existen en nuestro centro. Al tratarse de un centro de adultos no existe la conflictividad de otros centros de Secundaria. Eso no impide que existan otras carencias, especialmente de tipo psicológico, p. ej. problemas de autoestima, ansiedad, trastornos de distinto tipo... que impiden alcanzar la estabilidad y la paz interior. Además, a esto hay que añadir que contamos con un buen número de alumnado extranjero que ha tenido que superar muchas dificultades a lo largo de su vida y que ha visto en la enseñanza de adultos en nuestro centro la posibilidad de mejorar su formación y su calidad de vida. 

Por esto, creí que era interesante acercarnos a su realidad. Conocer las historias personales favorece la sensibilización y la empatía. A lo largo del curso hemos grabado unos vídeos testimonio en la que estos alumnos americanos nos contaban su pasado, hablaban de su paso por el IPEP y de sus sueños futuros. 

Los vídeos resultantes se pueden visualizar en los siguientes enlaces:


LO QUE DEJÉ ATRÁS (PRIMERA PARTE)


LO QUE DEJÉ ATRÁS (SEGUNDA PARTE)

Por aquí dejamos un extracto de frases extraídas de esos vídeos que consideramos de interés:

Jorge Fajardo, Colombia: “La situación de nuestro país nos empujó a venir acá. La situación de amenazas, que ponen en riesgo la vida de nuestra familia. Tuvimos que tomar una decisión muy drástica. Vinimos buscando una nueva oportunidad para rehacer nuestras vidas”

Mabel Muñoz, Colombia: “Por motivos de seguridad y de fuerza mayor tuvimos que venirnos a España. […] El IPEP es nuestro nuevo proyecto de vida”

Danna Carolina Balanta, Colombia: “En mi país con el sueldo se vive muy a ras. […] “En las tardes se puede salir un tiroteo en frente de ti. A los niños los roban mucho, los secuestran”.

Guadalupe del Valle, Argentina: “La situación en mi país no es la mejor ni económicamente ni en el tema de la seguridad. Acá se puede andar tranquilo por las calles a ciertas horas. Allá por la madrugada o a ciertas horas de la noche es muy probable que te roben. Acá es más seguro. Allá el salario mínimo es de aproximadamente cincuenta o sesenta euros. […]  Me gustaría montar un negocio propio”.

Alan Galeana. México: “La situación en mi país es un tanto complicada en cuestión de seguridad debido a los cárteles que allá intentan dominar el territorio en algunas zonas. Mi zona es una zona caliente. Hay bastante crimen organizado operando en esa zona”.

Jhoana Romero, Venezuela: “En Venezuela la situación es crítica. Estamos pasando por una crisis muy fuerte de la cual es bastante difícil salir. Es muy fuerte todo lo que están viviendo los venezolanos. […] Quiero construir un futuro bonito para mi niño de dos años ya que yo no tuve esa posibilidad en mi país”.

Jennifer Maite del Águila, Perú: “En mi país no se puede vivir tranquilamente. […] Me gusta mucho la sanidad y pretendo en el futuro tener mi carrera profesional, terminarla y poder ejercerla”.

Estos son nuestros alumnos y esas son sus historias. Sin duda, han llegado al mejor sitio donde se les puede ayudar a formarse y a cumplir sus sueños en un entorno seguro y agradable: el IPEP de Jaén. 


Las bondades de las actividades complementarias y extraescolares en la enseñanza de adultos



Revista "Educando de otra manera" nº 2 del IPEP JAÉN         junio 2025


LAS BONDADES DE LAS ACTIVIDADES COMPLEMENTARIAS Y EXTRAESCOLARES EN LA ENSEÑANZA DE ADULTOS 

      En nuestro entorno podemos comprobar que hay centros de adultos de distinto tipo: IPEP, SIPEP, CEPER, SEP… Tienen características y alumnado común y a la vez diferente. Hay centros incardinados principalmente a la obtención de un título como es el caso del IPEP. En los restantes, se busca la formación, pero también se prioriza la convivencia, las relaciones sociales y las labores humanitarias de integración y acogida, p. ej. de alumnado extranjero o de edades avanzadas. 

    A pesar de tener claras estas ideas establecidas, este curso nos hemos atrevido a organizar más actividades complementarias y extraescolares. Somos conscientes de la falta de tiempo del alumnado, del absentismo, de la irregularidad en la asistencia, de la prioridad de conseguir un título… Sin embargo, hemos abierto algunas puertas a otras actividades que han sido muy beneficiosas en su formación personal y han tenido muy buena acogida, aunque la participación haya sido minoritaria. 

    Las actividades complementarias y extraescolares enriquecen el currículum escolar. Lo que pretenden es poner al alumnado en contacto directo con la realidad que lo rodea. Además de participar en actividades relacionadas con el Día de la Paz o el Día contra la violencia de género, desde el departamento de Lengua y Literatura hay actividades muy interesantes que se pueden proponer. En este curso nos hemos centrado en los medios de comunicación y el fomento de la lectura. 

    Hemos visitado dos medios de comunicación: Diario Jaén y Canal Sur. Allí, el alumnado ha podido conocer de primera mano los entresijos del funcionamiento de los medios, la evolución a lo largo de los años y el día a día del trabajo periodístico. Esto ha hecho que se percaten de la importancia de estar informados y tener una actitud crítica ante la visión que los medios dan de la realidad. 

    Por otro lado, se ha fomentado la lectura favoreciendo que el alumnado elija libremente lecturas voluntarias y después hemos tenido una tertulia sobre esas lecturas. Es muy interesante ver la percepción que adultos de distintas edades, procedencia y trayectoria tienen sobre algunos libros. 

    Este año, además, hemos tenido la posibilidad de unirnos al curso “Escribir como lectores” del Centro de Profesorado de Jaén, lo cual ha sido una experiencia muy enriquecedora a nivel personal. Todo lo que he ido aprendiendo en ese curso se lo he trasladado a las tutoras de los CEPER y SEP para que en la medida de lo posible se enriquecieran también y lo pusieran en práctica con su alumnado. Además, al inicio de curso, contamos con la visita en el centro de la profesora Laura Benítez, profesora de la Universidad Complutense de Madrid. Este primer encuentro también dejó una huella positiva en nuestro alumnado. A lo largo del curso, el tiempo para leer “El síndrome Mozart” de Gonzalo Moure, que ha sido el libro que nos asignaron, ha sido escaso. A pesar de ello, hemos podido leer fragmentos, reflexionar, debatir, escribir, relacionar con otros contenidos y eso nos ha enriquecido enormemente. A través de esa experiencia nos hemos conocido mucho más, hemos desarrollado la empatía, la cooperación, el trabajo grupal y muchas más habilidades. En algunos CEPER, que han podido dedicar más tiempo, esta experiencia ha sido muy positiva. Y, por último, tuvimos la oportunidad de conocer y charlar con Gonzalo Moure, un escritor con una gran trayectoria, en la Biblioteca Pública de Jaén. Quedé sobrecogida ante el silencio y la atención con la que lo escuchaba nuestro alumnado. Ese día recibieron mensajes importantes para sus vidas. 

    Creo, por tanto, que estas iniciativas mejoran nuestra práctica educativa, enriquecen a nuestro alumnado a todos los niveles. Por una parte, a nivel educativo en cuanto a construcción de conocimientos y acercamiento a la realidad, pero, sobre todo, a nivel humano. 
    
    A veces, las actividades extraescolares se encasillan como un día de fiesta o un día perdido, pero bien planificadas, con trabajo previo o posterior, tienen gran utilidad. Un día fuera del centro puede ser mucho más beneficioso que muchas de nuestras explicaciones dentro del aula. Y tratándose de alumnado adulto, creo que el interés y el beneficio puede ser mayor. Algo parecido recoge Nuncio Ordine en su libro La utilidad de lo inútil: “la primera tarea de un buen profesor debería ser reconducir la escuela y la universidad a su función esencial: no la de producir hornadas de diplomados y graduados, sino la de formar ciudadanos libres, cultos, capaces de razonar de manera crítica y autónoma”. 
    
    Gracias a quienes habéis participado y a quienes lo habéis hecho posible. Quizá el regalo que se lleva el alumnado sea una experiencia nueva que reoriente sus vidas o que no vuelvan a tener oportunidad de disfrutar. ¡Quién sabe!

miércoles, 27 de agosto de 2025

¿Consenso?

 





¿CONSENSO?                     18.8.2025

Las vacaciones son una oportunidad magnífica para meter la nariz en otros lugares del mundo más allá de los circuitos turísticos establecidos. En una escapada por la Europa más desarrollada he sentido mucha envidia al ver el estado de las redes de transportes públicos. “Impecable funcionamiento”, “oferta variada”, “confluencia de varios tipos de transporte”, “frecuencia abrumadora”, “puntualidad absoluta” son algunos de los sintagmas que puedo utilizar. Esto es sin contar medios menos comunes como la bicicleta. Por ejemplo, en una ciudad universitaria media de los Países Bajos, he visitado un parking que acoge a trece mil bicicletas. ¿Podemos imaginar la cantidad de coches y de monóxido de carbono que se ahorran?

En España llevamos varios años sufriendo el deterioro progresivo de los medios de transporte. Hay retrasos, averías, caos y demás catástrofes que sufrimos los ciudadanos y que da una imagen lamentable hacia el exterior. Y lo peor es que nos estamos acostumbrando.

De forma más localizada, hay ciudades y áreas que han despegado y ofrecen servicios de calidad. Y les va muy bien. Winston Churchill ya lo tenía claro hace casi un siglo: “Un país que construye carreteras de calidad se pone a sí mismo en la vía del progreso”.

Suelo viajar por Andalucía Oriental y observo cómo otras provincias están invadidas por las obras y en un futuro cercano contarán con una impresionante red de transportes de todo tipo, AVE incluido. Así lo señaló también el periodista José Luis Adán en la gala de los premios Ideales 2025. Habló de los pasos que se dan en otras ciudades mientras nosotros seguimos debatiendo. Defendió la necesidad de diálogo, pero también de acción y decisión.

Parece que en Jaén estamos esperando que todas las administraciones sean del mismo color para llegar a acuerdos y, ante esa imposibilidad, seguimos estancados sine die mientras que en otros lugares con gobernantes variopintos no dejan de avanzar.

Sin embargo, me vuelvo a ilusionar con las noticias de este verano: se habla de consenso entre las tres administraciones (local, autonómica y nacional). Se ha renovado la flota de autobuses con nuevos vehículos híbridos más modernos y ecológicos. Por otra parte, los jienenses han duplicado el uso del autobús urbano.  En cuanto al tranvía, ya tiene todos los contratos para su mantenimiento. Catorce años después no está mal. Se ha firmado el protocolo para integrar el tren en la ciudad y siguen hablando de una posible intermodalidad. Además, la Junta también ha aprobado el Plan de Transporte Metropolitano de Jaén, integrando a más municipios y buscando mejoras medioambientales. Todas parecen buenas noticias.

Ante tanto avance y compromiso, pareciera que estamos en campaña electoral. Ojalá que estas halagüeñas previsiones se hagan realidad y no sean un espejismo veraniego. Me ilusiona ver en Jaén lo que Víctor Hugo defendió en un rotundo aforismo: “Abrid caminos y se abrirán pueblos”. Esperemos que esta vez todos estos proyectos alcancen la calidad y la velocidad que Jaén necesita y no nos quedemos otra vez, resignados y taciturnos, sentados en el andén.

 

jueves, 17 de julio de 2025

Al fresco

 





AL FRESCO                        14.07.2025

Llevamos varios años con un adelanto importante de las altas temperaturas. La primavera, ese paréntesis efímero, nos llevó a un mes de junio muy duro, especialmente para terminar la etapa educativa. Para el cuarenta de mayo ya nos habíamos quitado todos los sayos y estábamos entregados al abanico, aire acondicionado o ventilador.

El verano tiene connotaciones mágicas debido a que es un período mayoritariamente vacacional, de reencuentros y viajes. Tiene amantes, pero también detractores. Quizás lo idealizamos y nos imponemos la obligación de ser felices entre chapuzones y barbacoas. Es posible que en verano pesen más las enfermedades y los contratiempos ante la suposición de que todos a nuestro alrededor están en el parque temático de la felicidad excepto nosotros. La calor (en femenino, otra vez) agobia y paraliza, genera desasosiego e incomodidad, malhumor y mal olor; condiciona la vida y las actividades rutinarias. Me sonrío al leer el soneto “El verano” del almeriense Diego Alonso Cánovas siguiendo la estela de Quevedo: “Desnudarme, escocerme, estar quejoso/ pálido, denso, antisocial, pasivo…”.

Pero no es un asunto baladí. Para grupos vulnerables como indigentes, trabajadores o personas mayores puede crear problemas de salud importantes o incluso la muerte.

Llámese cambio climático o no, la realidad es que los veranos son cada vez más largos y tórridos. Sin embargo, he encontrado en nuestra geografía lugares y viviendas en los que es posible encontrar la felicidad hecha frescor. Nos empecinamos en vivir hacinados en bloques de pisos en la ciudad, mal aislados, rodeados de asfalto y escasa vegetación, donde tenemos que recurrir obligatoriamente a aparatos eléctricos. Ha circulado por redes sociales una frase lapidaria: el calor que nos sobra, son los árboles que faltan. Solo tenemos que alejarnos unos kilómetros y adentrarnos en pueblos semiabandonados, con calles estrechas, a orillas de ríos y bosques y veremos bajar las temperaturas significativamente. También en esto, el mundo rural tiene mucho que enseñarnos.

En cuanto a viviendas, no conocen el calor en las cuevas en las comarcas granadinas de Guadix-Baza, que tenemos a poco más de una hora de distancia. Y en general, en las casas de pueblo suele haber patios, portales, bodegas, habitaciones subterráneas o muros de medio metro de ancho. Son construcciones que muchas veces hemos despreciado y con ello también hemos ninguneado la sabiduría de quienes las hicieron. Quizá el problema es que vendimos la casa de los abuelos o las destruimos para hacer un bloque de pisos en un pueblo en lugar de restaurarla. Y con ello, hemos llevado a los pueblos lo peor de la ciudad. Quizás no contemplamos la importancia de los pequeños detalles: el lugar de una ventana, la orientación de una vivienda o la amplitud de una calle.

El clima nos obligará a reinventarnos. Para ello, debemos aprovechar la tecnología actual pero también mirar hacia atrás, a la sabiduría milenaria con la que se ha construido la supervivencia. Mientras tanto, les deseo que encuentren un rincón agradable con un botijo cerca y un pueblo donde salir a tomar el fresco.

viernes, 13 de junio de 2025

Pasando el tiempo

 





PASANDO EL TIEMPO                                01.06.2025

Levanto los ojos del ordenador y miro el calendario de mi escritorio. No doy crédito. Nos hemos comido los cinco primeros meses de este año casi sin darnos cuenta. Hace algo más de un mes que publiqué mi columna anterior. Además de las vivencias personales, en este tiempo, han pasado demasiadas cosas sobre las que en algún momento he pensado escribir. Pero todo pasa tan rápido que he cambiado de tema varias veces.

En este mes, hemos vivido un apagón inédito que nos ha puesto a hablar entre nosotros y a volver a mirarnos a los ojos a oscuras. Algunos lo vivieron como una tragedia; otros, como un parón interminable. En estos días, también hemos despedido a un Papa y recibido a otro viviendo en directo la emoción del momento. Los aficionados al fútbol y al tenis han homenajeado a jugadores y entrenadores y ya se van adjudicando los trofeos de final de temporada. Nos hemos dado un paseo polémico por Eurovisión. Y todas las tardes podemos ver cómo la televisión pública alcanza unas cotas de mal gusto y degradación insuperables a costa de nuestros bolsillos. También, como buenos cotillas, hemos buceado en los mensajes privados de nuestros gobernantes. Desde América, nos siguen sorprendiendo casi todos los días con noticias surrealistas y poco halagüeñas. La primavera ha venido y se ha ido con la misma rapidez que las noticias. Las flores y la ropa de entretiempo hacen solo un amago de aparecer pues ya tenemos aquí la primera ola de calor del verano. Se suceden exámenes, puesta de banda, comuniones y ropa de etiqueta de todo tipo. Y romerías y fiestas en todos los pueblos. Y en Jaén, en el eterno Jaén, ha empezado a circular el tranvía catorce años después. Todo esto y mil cosas más nos han entretenido unos días para olvidarlas semanas después.

Y lo mismo pasa en nuestras vidas. Vamos de una cosa a otra sin darnos cuenta del paso del tiempo, del tempus fugit. Este tema ha preocupado desde siempre, como nos han contado literatos, filósofos e historiadores. “En el hoy y mañana y ayer, junto pañales y mortaja, y he quedado presentes sucesiones de difunto” escribió nuestro agudo e insigne Francisco de Quevedo.

Lo que ocurre a veces es que vivimos absorbidos y entretenidos con asuntos nimios y descuidamos los importantes. Si estuviéramos haciendo comentario de texto, diríamos que tenemos localizadas todas las ideas secundarias y evadimos el tema principal. Y para mí, el tema principal se llama Gaza, Ucrania y cientos de sitios más donde viven en guerras sangrientas e interminables. Nos llegan cifras terribles que, aunque nos dañan momentáneamente, enseguida tenemos otro sitio más cómodo hacia donde mirar. La historia dará testimonio de nuestra cobardía.

¿Se les pasará el tiempo en Gaza igual de rápido que a nosotros? El paréntesis oscuro del tiempo, de sus vidas rotas, de las calamidades imperdonables y el sinsentido. Ojalá no nos distraigamos con lo insustancial y encendamos luces y tiempos nuevos para ellos y para todos.

 

 

martes, 22 de abril de 2025

¿Resucitaremos?

                                              




¿RESUCITAREMOS?                            20.04.2025


    En estas fechas, tras un largo invierno, la primavera se asoma a nuestras calles y salimos como enamorados a su encuentro. Y si hay una fiesta que se extiende por las calles de todos los pueblos y ciudades son las procesiones de Semana Santa. 

    Tiene gran calado en la sociedad con sus cientos de procesiones, triduos, besamanos y besapies. Está de moda. No hay barrio que se precie que no tenga hermandades y pasos nuevos. Conozco de primera mano, respeto y admiro el trabajo solidario que hacen muchas cofradías a lo largo del año pero creo que el despliegue de lujo y ostentación es excesivo. El propio arzobispo de Sevilla lo ha dicho estos días: “Las procesiones de Semana Santa no son un desfile”. Por algo será. 

    ¿De verdad hace falta tanto? ¿Tantas Vírgenes y Cristos con nombres rimbombantes? No reniego de la “fe de mis mayores”, de las tradiciones “admirables”, de la presencia de obras de arte en nuestras calles, de la riqueza musical e imaginera, de los momentos únicos de devoción pero no nos confundamos. 

No es nada nuevo. Hace más de un siglo Machado ya hablaba de que en toda esa exhibición no había “átomo de religiosidad”. Estoy segura de que ahora es infinitamente superior. Suena “La saeta” por doquier pero casi nadie sabe lo que quiso decir don Antonio en su poema.

    Lo que empezó como una ilustración catequética para el pueblo se ha convertido en idolatría y negocio. “¿En qué habéis convertido la casa de mi Padre?” nos recordaría Él con seguridad. ¿Quién tiene en cuenta más allá del sentimentalismo superficial lo importante de estos días? 

    Los gobernantes también impulsan sin medida estas fiestas y se hacen devotos de todas las imágenes. Devotos de los votos, de los restaurantes y los hoteles llenos en sus ciudades. Y viendo el precio y funcionamiento de las sillas y tribunas… en ciudades como Málaga vamos hacia una Semana Santa en la que se privatiza el espacio público, con procesiones para ricos y guiris.

    Toda esa exhibición es turismo y es folklore pero dista mucho de la fe, del amor fraterno, de Él. Cuidado con ser capillitas que después no cumplimos con nuestro trabajo, evadimos impuestos, sembramos odio en nuestras familias y en nuestro entorno, rivalizamos con la cofradía de enfrente, con el del otro barrio, con el del equipo contrario, prendemos la mecha en redes sociales y permanecemos en silencio ante un mundo lleno de guerras y holocaustos. Que la gomina, los trajes, las mantillas y el incienso no nos unja con la hipocresía de creer ser buenas personas. Que no sea un desfile de Tartufos, de fronteras y puños cerrados, de procesiones llenas y sagrarios vacíos. 

    Deberíamos aprender a unir nuestros hombros con fuerza y valentía no solo debajo de un trono sino durante todo el año y levantarnos todos a una en tantas cosas. 

    Es lo que veo y lo que siento. Dios me libre de juzgar a nadie. Feliz Semana Santa y, si eso, resucitemos.


jueves, 3 de abril de 2025

Día mundial de la poesía en Granada 21 de marzo de 2025 Centro Federico García Lorca

Publicación en la web de Granada Ciudad de la Literatura de la UNESCO 













MUDANZA

No sé cuántos papeles

hemos tenido que firmar

antes de llegar a nuestra casa.


Poco a poco nos hemos familiarizado 

con las muescas de la llave,

hemos recorrido los rincones 

adivinando lo que queremos que pase

en cada uno de ellos.


Apenas hay muebles.

Pronto llegará el colchón.

Los cuadros, habrá que someterlos a  escrutinio

un día de estos. 

Tropezamos con objetos perdidos

y les buscamos utilidad

entre bromas y risas.

La gran hamaca solitaria del rincón

quizá quiera envolver 

nuestros cuerpos cansados. 


Desde esas ventanas miraremos el mundo

como hoy el atardecer nos está mirando a nosotros.

Se hace de noche, 

seguimos la exploración a media luz.

Nunca fuimos tan felices

estando a dos velas.





SUEÑOS

Quienes me conocen, lo saben bien. 

Lo confieso: me duermo con gran facilidad. 

En cualquier sitio encuentro acomodo 

no solo en la cama o en el sillón 

o en los lugares recomendados por el feng shui. 


También en una silla, en cualquier escalón 

acodada en una esquina, incluso de pie. 

He probado misas góspel, ferias, discotecas, 

y noches de carnaval. 


Puede ocurrir en todo tipo de vehículos, 

No tengo problema en los hoteles, en el campo 

o en la ciudad. Dentro o fuera de España. 

Da igual el país o el continente donde duerma. 

En mis sueños, siempre estoy en Granada.



jueves, 27 de marzo de 2025

Premios







PREMIOS                                                            17.3.2025

    Últimamente compruebo cómo no paramos de dar premios y hacer homenajes. En los últimos meses, las medallas y banderas de Andalucía; ahora en Jaén, los premios de la provincia y así un largo etcétera en pueblos y ciudades. Y que tire la primera piedra quien no guste de un reconocimiento. Además, solemos pensar que lo merecemos más que los demás. Ea, somos así.

    No sé si la cantidad de premios es excesiva o escasa. Recuerdo a uno de mis tíos agricultores que dedicó su vida noche y día a sus tareas. Cuando en mi casa veíamos en televisión la entrega de la Medalla del Trabajo, nos sonreíamos pensando que él era el mayor merecedor. Pocos o muchos reconocimientos, lo importante es que sean acertados y que concilien al mayor número de personas posible. Veo que muchas veces lo que mueve los premios es el amiguismo y que nunca se dará a quien está en el polo opuesto, aunque lo merezca. Ya Aristóteles afirmó: “La dignidad no consiste en poseer honores, sino en merecerlos”.

    Hay premios que llegan asombrosamente pronto. Y puede que esté bien. Otras veces se premia a gente con más deméritos que méritos pero que dieron en el blanco en algún asunto. Lo lamentable son los que llegan tarde, demasiado tarde o nunca. Por fin se acuerdan de reconocer al Orfeón Santo Reino. Solo han cantado durante más de setenta años de forma ininterrumpida en Jaén y en gran parte de Europa. Y es una de las formaciones corales más antiguas de Andalucía. Creo sinceramente que ya es hora. No solo de homenajear sino de apoyar ante las piedras que se encuentran en el camino cuando hay tantos kilómetros de recorrido.

    En este tema, hay un caso que me parece sangrante en Jaén: Luis Berges. Ha recibido algunos reconocimientos, pero no los suficientes ni en su ciudad ni en su región. Este arquitecto con un siglo de vida, que ha restaurado todo el patrimonio de la ciudad y muchos edificios imprescindibles de la provincia (¡¡novecientos proyectos arquitectónicos!!) y todavía tiene fuerzas para reclamar a las administraciones que no dejen caer más patrimonio y que conviertan a Jaén en la única ciudad europea con dos baños árabes, ¿todavía no lo merece? Lo conocí hace dos décadas practicando senderismo por la Sierra Sur. Me asombró su habilidad para moverse por los senderos y veredas a pesar de su edad. Pero también me llamó la atención su mirada perspicaz. La mirada cuidadora e incansable de amor hacia su tierra. Probablemente él no necesite homenajes, pero es de justicia. Ya se sabe lo de que quien más hace, menos merece; que nadie es profeta en su tierra; que el elogio de lo propio envilece… y todas esas creencias que dañan siempre a los mejores. El acierto en reconocer lo valioso, sea propio o ajeno, engrandece a quien lo hace. Así lo manifestó J. F. Kennedy: “A una nación se la conoce por los hombres que produce, pero también por los que honra”.

    Pienso en esto mientras paseo por el castillo de Bellver en Palma de Mallorca, precisamente donde sufrió prisión nuestro insigne Jovellanos. Otro ejemplo de amor a España y afán por construir un país civilizado. Se me encoje el corazón ante tanta entrega mal entendida. También compruebo apenada cómo los homenajes empezaron justo unos años después de su muerte.

    Permitidme que ponga en cuarentena los reconocimientos rimbombantes. Creo que hay que buscar entre la gente anónima, en su trabajo responsable sin pretensiones de los brillos fatuos de las medallas ni de los flashes. Para premiados o no, siempre quedará la posteridad.