martes, 22 de abril de 2025

¿Resucitaremos?

                                              




¿RESUCITAREMOS?                            20.04.2025


    En estas fechas, tras un largo invierno, la primavera se asoma a nuestras calles y salimos como enamorados a su encuentro. Y si hay una fiesta que se extiende por las calles de todos los pueblos y ciudades son las procesiones de Semana Santa. 

    Tiene gran calado en la sociedad con sus cientos de procesiones, triduos, besamanos y besapies. Está de moda. No hay barrio que se precie que no tenga hermandades y pasos nuevos. Conozco de primera mano, respeto y admiro el trabajo solidario que hacen muchas cofradías a lo largo del año pero creo que el despliegue de lujo y ostentación es excesivo. El propio arzobispo de Sevilla lo ha dicho estos días: “Las procesiones de Semana Santa no son un desfile”. Por algo será. 

    ¿De verdad hace falta tanto? ¿Tantas Vírgenes y Cristos con nombres rimbombantes? No reniego de la “fe de mis mayores”, de las tradiciones “admirables”, de la presencia de obras de arte en nuestras calles, de la riqueza musical e imaginera, de los momentos únicos de devoción pero no nos confundamos. 

No es nada nuevo. Hace más de un siglo Machado ya hablaba de que en toda esa exhibición no había “átomo de religiosidad”. Estoy segura de que ahora es infinitamente superior. Suena “La saeta” por doquier pero casi nadie sabe lo que quiso decir don Antonio en su poema.

    Lo que empezó como una ilustración catequética para el pueblo se ha convertido en idolatría y negocio. “¿En qué habéis convertido la casa de mi Padre?” nos recordaría Él con seguridad. ¿Quién tiene en cuenta más allá del sentimentalismo superficial lo importante de estos días? 

    Los gobernantes también impulsan sin medida estas fiestas y se hacen devotos de todas las imágenes. Devotos de los votos, de los restaurantes y los hoteles llenos en sus ciudades. Y viendo el precio y funcionamiento de las sillas y tribunas… en ciudades como Málaga vamos hacia una Semana Santa en la que se privatiza el espacio público, con procesiones para ricos y guiris.

    Toda esa exhibición es turismo y es folklore pero dista mucho de la fe, del amor fraterno, de Él. Cuidado con ser capillitas que después no cumplimos con nuestro trabajo, evadimos impuestos, sembramos odio en nuestras familias y en nuestro entorno, rivalizamos con la cofradía de enfrente, con el del otro barrio, con el del equipo contrario, prendemos la mecha en redes sociales y permanecemos en silencio ante un mundo lleno de guerras y holocaustos. Que la gomina, los trajes, las mantillas y el incienso no nos unja con la hipocresía de creer ser buenas personas. Que no sea un desfile de Tartufos, de fronteras y puños cerrados, de procesiones llenas y sagrarios vacíos. 

    Deberíamos aprender a unir nuestros hombros con fuerza y valentía no solo debajo de un trono sino durante todo el año y levantarnos todos a una en tantas cosas. 

    Es lo que veo y lo que siento. Dios me libre de juzgar a nadie. Feliz Semana Santa y, si eso, resucitemos.


jueves, 3 de abril de 2025

Día mundial de la poesía en Granada 21 de marzo de 2025 Centro Federico García Lorca

Publicación en la web de Granada Ciudad de la Literatura de la UNESCO 













MUDANZA

No sé cuántos papeles

hemos tenido que firmar

antes de llegar a nuestra casa.


Poco a poco nos hemos familiarizado 

con las muescas de la llave,

hemos recorrido los rincones 

adivinando lo que queremos que pase

en cada uno de ellos.


Apenas hay muebles.

Pronto llegará el colchón.

Los cuadros, habrá que someterlos a  escrutinio

un día de estos. 

Tropezamos con objetos perdidos

y les buscamos utilidad

entre bromas y risas.

La gran hamaca solitaria del rincón

quizá quiera envolver 

nuestros cuerpos cansados. 


Desde esas ventanas miraremos el mundo

como hoy el atardecer nos está mirando a nosotros.

Se hace de noche, 

seguimos la exploración a media luz.

Nunca fuimos tan felices

estando a dos velas.





SUEÑOS

Quienes me conocen, lo saben bien. 

Lo confieso: me duermo con gran facilidad. 

En cualquier sitio encuentro acomodo 

no solo en la cama o en el sillón 

o en los lugares recomendados por el feng shui. 


También en una silla, en cualquier escalón 

acodada en una esquina, incluso de pie. 

He probado misas góspel, ferias, discotecas, 

y noches de carnaval. 


Puede ocurrir en todo tipo de vehículos, 

No tengo problema en los hoteles, en el campo 

o en la ciudad. Dentro o fuera de España. 

Da igual el país o el continente donde duerma. 

En mis sueños, siempre estoy en Granada.