lunes, 8 de julio de 2024

V Certamen de poesía ALIAR




SOBRE LOS TEJADOS DE DUBROVNIK

“El agua del mar cura todos los males del hombre” 

(Eurípides)

Aquella tarde paseamos

por las murallas junto a los tejados de Dubrovnik.

Entre tejas rojas y ocres,

entre la destrucción y sus testigos.

Seguimos la dirección que marcan

los escasos dos kilómetros

subiendo y bajando 

extasiados ante el brillo terroso de la ciudad de piedra

a nuestros pies. 

Oeste, Sur, Este y Norte

mientras el atardecer ponía 

una caricia tornasolada en nuestra espalda 

y en los tejados de Dubrovnik. 


En silencio imaginamos acongojados

el horror cainita del ayer:

los miles de refugiados 

los miles de cadáveres

según las sombrías estadísticas de la ciudad. 


Y nos besamos.

Entre tejas rojas y ocres nos besamos.


Nos conjuramos para conjurar el odio 

y embalsamar las torres y callejuelas heridas

ansiosos de que sea solo un golpe de mar,

un golpe adriático de agua salada y curativa

quien asedie la fortaleza inexpugnable

y bañe de azul 

y cicatrice

las tejas rojas y ocres de la ciudad petrificada.

Perdónalos, Dubrovnik. Perdónanos.




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