domingo, 21 de septiembre de 2025

Las bondades de las actividades complementarias y extraescolares en la enseñanza de adultos



Revista "Educando de otra manera" nº 2 del IPEP JAÉN         junio 2025


LAS BONDADES DE LAS ACTIVIDADES COMPLEMENTARIAS Y EXTRAESCOLARES EN LA ENSEÑANZA DE ADULTOS 

      En nuestro entorno podemos comprobar que hay centros de adultos de distinto tipo: IPEP, SIPEP, CEPER, SEP… Tienen características y alumnado común y a la vez diferente. Hay centros incardinados principalmente a la obtención de un título como es el caso del IPEP. En los restantes, se busca la formación, pero también se prioriza la convivencia, las relaciones sociales y las labores humanitarias de integración y acogida, p. ej. de alumnado extranjero o de edades avanzadas. 

    A pesar de tener claras estas ideas establecidas, este curso nos hemos atrevido a organizar más actividades complementarias y extraescolares. Somos conscientes de la falta de tiempo del alumnado, del absentismo, de la irregularidad en la asistencia, de la prioridad de conseguir un título… Sin embargo, hemos abierto algunas puertas a otras actividades que han sido muy beneficiosas en su formación personal y han tenido muy buena acogida, aunque la participación haya sido minoritaria. 

    Las actividades complementarias y extraescolares enriquecen el currículum escolar. Lo que pretenden es poner al alumnado en contacto directo con la realidad que lo rodea. Además de participar en actividades relacionadas con el Día de la Paz o el Día contra la violencia de género, desde el departamento de Lengua y Literatura hay actividades muy interesantes que se pueden proponer. En este curso nos hemos centrado en los medios de comunicación y el fomento de la lectura. 

    Hemos visitado dos medios de comunicación: Diario Jaén y Canal Sur. Allí, el alumnado ha podido conocer de primera mano los entresijos del funcionamiento de los medios, la evolución a lo largo de los años y el día a día del trabajo periodístico. Esto ha hecho que se percaten de la importancia de estar informados y tener una actitud crítica ante la visión que los medios dan de la realidad. 

    Por otro lado, se ha fomentado la lectura favoreciendo que el alumnado elija libremente lecturas voluntarias y después hemos tenido una tertulia sobre esas lecturas. Es muy interesante ver la percepción que adultos de distintas edades, procedencia y trayectoria tienen sobre algunos libros. 

    Este año, además, hemos tenido la posibilidad de unirnos al curso “Escribir como lectores” del Centro de Profesorado de Jaén, lo cual ha sido una experiencia muy enriquecedora a nivel personal. Todo lo que he ido aprendiendo en ese curso se lo he trasladado a las tutoras de los CEPER y SEP para que en la medida de lo posible se enriquecieran también y lo pusieran en práctica con su alumnado. Además, al inicio de curso, contamos con la visita en el centro de la profesora Laura Benítez, profesora de la Universidad Complutense de Madrid. Este primer encuentro también dejó una huella positiva en nuestro alumnado. A lo largo del curso, el tiempo para leer “El síndrome Mozart” de Gonzalo Moure, que ha sido el libro que nos asignaron, ha sido escaso. A pesar de ello, hemos podido leer fragmentos, reflexionar, debatir, escribir, relacionar con otros contenidos y eso nos ha enriquecido enormemente. A través de esa experiencia nos hemos conocido mucho más, hemos desarrollado la empatía, la cooperación, el trabajo grupal y muchas más habilidades. En algunos CEPER, que han podido dedicar más tiempo, esta experiencia ha sido muy positiva. Y, por último, tuvimos la oportunidad de conocer y charlar con Gonzalo Moure, un escritor con una gran trayectoria, en la Biblioteca Pública de Jaén. Quedé sobrecogida ante el silencio y la atención con la que lo escuchaba nuestro alumnado. Ese día recibieron mensajes importantes para sus vidas. 

    Creo, por tanto, que estas iniciativas mejoran nuestra práctica educativa, enriquecen a nuestro alumnado a todos los niveles. Por una parte, a nivel educativo en cuanto a construcción de conocimientos y acercamiento a la realidad, pero, sobre todo, a nivel humano. 
    
    A veces, las actividades extraescolares se encasillan como un día de fiesta o un día perdido, pero bien planificadas, con trabajo previo o posterior, tienen gran utilidad. Un día fuera del centro puede ser mucho más beneficioso que muchas de nuestras explicaciones dentro del aula. Y tratándose de alumnado adulto, creo que el interés y el beneficio puede ser mayor. Algo parecido recoge Nuncio Ordine en su libro La utilidad de lo inútil: “la primera tarea de un buen profesor debería ser reconducir la escuela y la universidad a su función esencial: no la de producir hornadas de diplomados y graduados, sino la de formar ciudadanos libres, cultos, capaces de razonar de manera crítica y autónoma”. 
    
    Gracias a quienes habéis participado y a quienes lo habéis hecho posible. Quizá el regalo que se lleva el alumnado sea una experiencia nueva que reoriente sus vidas o que no vuelvan a tener oportunidad de disfrutar. ¡Quién sabe!

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