jueves, 21 de marzo de 2024

El camino trillado por la vulgaridad

 




EL CAMINO TRILLADO POR LA VULGARIDAD                                    25.2.2024

    Se acerca el día de Andalucía y tocará hacer homenajes, cantar himnos y demás parafernalia. Seguro que en los medios de comunicación veremos encuestas y estudios donde se nos ha analizado. Le darán vuelta a nuestros rasgos y estereotipos y esperemos quedar bien parados.

    Además de recordar lo mal que hablamos (de nuestra riqueza lingüística única en el mundo hispano no hay que acordarse), tradicionalmente se insiste en nuestra afición a la fiesta y a la vagancia.

    Como prueba de que el tedio y la holgazanería no es solo cosa nuestra, puedo aportar que, en mi corta vida laboral fuera de Andalucía, escuché en lengua valenciana una frase que se repetía a diario y que fue mi primera expresión aprendida en esa lengua: “No tinc ganes de fer res” (No tengo ganas de hacer nada). A lo que se podía añadir: “Res de res” (Nada de nada).

    En el lado opuesto, tengo un familiar a punto de jubilarse que ha trabajado en varias provincias de Andalucía como un excelente profesional. Recuerdo cómo hace años ya era objeto de preguntas llenas de asombro o burla del tipo: “¿Es que vas a heredar la empresa?”. Él mismo me ha hablado muchas veces sobre la orquesta de saltimbanquis y titiriteros (con todo mi respeto hacia la profesión) que ha tenido a su alrededor y que le han hecho tragar grandes cantidades de bilis.

    Percibo que hoy más que nunca está de moda la falta de responsabilidad, de implicación, de vocación y de virtuosismo en el trabajo que desempeñamos, sea cual sea, a veces impuesto, a veces elegido.

    Solemos criticar mucho a los políticos y nos escudamos en que “todo el mundo lo hace”. Y con esa excusa nos pasamos tres pueblos. Escribo en plural y quien esté libre de pecado … Y es así como empezamos por ser impuntuales. Llegamos tarde y nos vamos antes. Y en medio perdemos el tiempo. Los móviles y las redes sociales también ayudan en este sentido. Se convierte a veces el lugar de trabajo en una feria donde se va a jugar, a pasarlo demasiado bien, a hacer vida social y planes para el fin de semana. Por el contrario, llevarse trabajo a casa es demencial.

    En otras ocasiones, nos aprovechamos de lo que no nos pertenece, no hacemos lo que debemos o no estamos donde tenemos que estar. Pensemos en bajas laborales, evasión de impuestos, conseguir subvenciones y todo lo que sea llenar nuestra saca a costa de lo público.

    He leído sobre una mujer andaluza del mundo de la cultura que trabaja dieciocho horas al día. ¡Qué barbaridad! Tampoco tenemos lejos a nuestros padres agricultores que han estado en el campo de sol a sol y después tenían en la casa vacas que ordeñar y un sinfín de tareas. Esa es la realidad que choca con los caraduras actuales que se jactan de hacer lo mínimo o menos de lo mínimo y conseguir el máximo beneficio. Ahí tenemos a algunos influencers que se enriquecen haciendo vídeos nada edificantes para la sociedad. Ese no es terreno fértil para los futuros andaluces.  

    Afortunadamente, no todo es así. Hay una Andalucía próspera y luminosa, moderna y responsable. La pena es que a veces para ejercer como tal tiene que salir de sus propios límites. Blas Infante lo dijo magistralmente: “Andalucía necesita de su juventud, pero de la juventud honrada, de la juventud trabajadora, de la que pone sus ideales fuera del camino trillado por la vulgaridad”.

    ¿Os imagináis que en lugar de imitar a los pueblos del norte seamos nosotros el modelo? Ojalá abandonemos algún día la vulgaridad y seamos más ejemplares. Ojalá en este y en todos los días podamos celebrar la pasión que le ponemos a la vida, el mestizaje de nuestra historia, la riqueza de monumentos y paisajes, la entrega y el compromiso, las huellas de nuestros antepasados que sembraron nuestro presente.

    A veces creemos que con envolvernos en banderas o lucir pulseritas o tatuajes es suficiente. Ser buenos andaluces no se puede quedar en una impostura o un adorno exterior. Se trata de mucho más, se trata de poner toda el alma trabajando por Andalucía, por España y por la Humanidad. Toda el alma.