miércoles, 6 de diciembre de 2023

Con su mismo

 




CON SU MISMO                                                 28.11.2023                

    No sé qué hago escribiendo este artículo. Esto es una pérdida de tiempo en la semana del Black Friday.

    Cuando pasa Halloween, todo son prisas. ¡Hay tantas cosas que organizar! Es difícil resistirse a tal cantidad de ofertas. No hay día que no me lleguen una docena de folletos o mensajes. Y tengo que ir descartando sin parar. La radio, la televisión, las redes sociales… todos hablan de descuentos. Es la oportunidad del año; hay gangas no solo en ropa o electrodomésticos sino también en viajes, ortodoncias, audífonos, vinos, pisos,... Quizá hasta sea más barato morirse en estos días.

    Afortunadamente ahora todos los días abrimos paquetes en casa. Como si todos los días vinieran los Reyes Magos. Y si no gusta, pues nada, se devuelve. Como no hay que pagar …

    Pero la calle también es irresistible. Qué ambiente de bolsas, tiendas, probadores,... Antes decían: “De la Purísima a San Antón …”. Y ¿por qué no empezar antes? ¿Por qué conformarse con tan pocos días? Con lo bien que sientan unos mantecados en noviembre. Ya he cambiado tres veces la decoración navideña.

    Son tantos detalles los que hacen falta. Yo todos los días compro algo. Tampoco tanto. Solo cuatro o cinco tonterías. Y nada de perderse oportunidades únicas, aunque haya que pasar la noche haciendo cola. Merece la pena. Y hasta terminas haciendo amigos después de tantas horas.  

    Otra cosa es lo que opinan mis amigas. Tengo una que se escandaliza con todo esto. Unos días habla de plásticos, otros de medio ambiente y reciclaje. Que si las cosas más importantes de la vida no son cosas, que todo lo importante es gratis,... Menudos rollos. Y cuando se pone profunda habla de austeridad y autenticidad, de emociones y vivencias. Renovar no es lo suyo. Ella sí que sigue con lo mismo de siempre. Vas a su casa y no hay nada nuevo que ver. Es más, es que no hay casi nada. Yo no entiendo su minimalismo y sus espacios diáfanos y luminosos. Donde se ponga todo lo que yo tengo en mi casa… que parece que me siento hasta más acompañada. Ahora le ha dado por hablar de experiencias, pero no de las que venden en paquetes. Ella habla de ir a coger aceituna, a una matanza o hacer mermelada y dulces navideños. Y se emociona con el frescor y el amanecer en el campo, los productos caseros, las risas, la convivencia,... ¡Qué barbaridad! No sé cómo somos amigas.

    Tengo otra con la que coincido un poco más. Compra, según ella, de forma moderada, sin mi adicción. Sobre todo está inmersa en la vida cultural. El otro día me recomendó que asistiera a una obra de teatro: “Los esclavos”, una farsa sobre la sociedad de consumo actual. “Que me vendría bien” decía. “Al teatro, ¿yo? Con el buen ambiente que hay en los centros comerciales, con sus luces y su musiquilla de Mariah Carey”.

    Os dejo que me acaban de llegar las ofertas del Cyber Monday y… ¡menudos chollos!

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