DESDE LA
ESQUINA SAGRADA
Sin salir de mi tierra,
en el viejo palacio,
en el centro mismo de la
ciudad milenaria
he visto cómo emana sin
cesar
una gracia divina, un
beso al aire
que va del corazón hasta
las manos.
Es el arte,
el arte hecho pasión,
legado, futuro, sueño.
Han sido miles de ojos
cautivados
por la sabiduría del
maestro.
Miles de manos que
ensayan bocetos y ganan
destreza forjada por el
paso de las horas
con desvelo y tesón.
Son hijos, madres o
niños con ojos inquietos,
jubilados que vuelven
a enredarse en la paz de
la belleza.
Al calor de la forja o
el carboncillo,
para modelar cerros
sobre un torno,
o buscar perspectivas y
colores
escondidos entre
trípodes y caballetes.
son sus alegres hilos
y las puntadas pacientes de las bordadoras
las que cosen los flecos de la vida.
Desde aquí, desde el
viejo portalón
en la esquina sagrada de
la ciudad de piedra
vuela lejos el beso
entre cerros, alamedas y
nieves.
Vuela lejos más años,
más semanas, más días,
llevando por el mundo
nuestra esencia.
Guadix, 19 de enero de 2024
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